21.08.2010, 12:41
Y en un eterno abrazo confundidos,
lejos de las mudanzas mezquindades,
airemos en las altas claridades
de la angélica orquesta los sonidos.
Y veremos con ojos sorprendidos
la desaparición de las edades,
hasta que el mundo envuelto en tempestades
caiga en rotos fragmentos esparcidos.
Y cuando en esa vida misteriosa
toda mi sed de dicha se mitigue
y tú sientas la calma prodigiosa
-como en el cielo todo se consigue-,
¡tú serás una estrella esplendorosa;
yo, un satélite tuyo... que te sigue!
lejos de las mudanzas mezquindades,
airemos en las altas claridades
de la angélica orquesta los sonidos.
Y veremos con ojos sorprendidos
la desaparición de las edades,
hasta que el mundo envuelto en tempestades
caiga en rotos fragmentos esparcidos.
Y cuando en esa vida misteriosa
toda mi sed de dicha se mitigue
y tú sientas la calma prodigiosa
-como en el cielo todo se consigue-,
¡tú serás una estrella esplendorosa;
yo, un satélite tuyo... que te sigue!