21.08.2010, 13:26
A un amigo muerto
Rico, noble, feliz, enamorado,
pródigo de talento y alegría,
amigo caro me llamaste un día,
y placer y amistad hallé a tu lado.
Del mundo por el piélago agitado
los dos corrimos sin timón ni guía,
sin esperar de la tormenta impía
pesadumbre, ni susto, ni cuidado.
Luego, en vez del amor y la ventura,
te dio el martirio su temida palma,
siendo el sepulcro fin a tu amargura.
¡Duerme tranquilo en paz, cuerpo sin alma!
¡Dichoso aquel que encuentra en el altura,
tras la deshecha tempestad, la calma!
Rico, noble, feliz, enamorado,
pródigo de talento y alegría,
amigo caro me llamaste un día,
y placer y amistad hallé a tu lado.
Del mundo por el piélago agitado
los dos corrimos sin timón ni guía,
sin esperar de la tormenta impía
pesadumbre, ni susto, ni cuidado.
Luego, en vez del amor y la ventura,
te dio el martirio su temida palma,
siendo el sepulcro fin a tu amargura.
¡Duerme tranquilo en paz, cuerpo sin alma!
¡Dichoso aquel que encuentra en el altura,
tras la deshecha tempestad, la calma!