21.08.2010, 14:01
A un amigo
¡Antes que tú soñé con esa guerra!
Ser paladín del triste y del caído,
azote del soberbio envanecido,
preceptor amoroso del que yerra.
Contra el osado criminal que aterra
luchar hasta mirarle arrepentido;
proteger al humilde y desvalido...
¡No hay más noble misión sobre la tierra!
Soñólo así mi joven fantasía;
hoy, a la duda y la razón despierto,
sufro al verte marchar por esa vía;
el templo, sacerdote, está desierto,
y tu culto, tu fe, tu idolatría,
estériles serán: ¡la diosa ha muerto!
¡Antes que tú soñé con esa guerra!
Ser paladín del triste y del caído,
azote del soberbio envanecido,
preceptor amoroso del que yerra.
Contra el osado criminal que aterra
luchar hasta mirarle arrepentido;
proteger al humilde y desvalido...
¡No hay más noble misión sobre la tierra!
Soñólo así mi joven fantasía;
hoy, a la duda y la razón despierto,
sufro al verte marchar por esa vía;
el templo, sacerdote, está desierto,
y tu culto, tu fe, tu idolatría,
estériles serán: ¡la diosa ha muerto!