22.08.2010, 15:22
El beso de Judas
Besa la madre al querubín dormido,
alma y vida vertiendo por su boca,
y aunque, ardiente, le estruja y le sofoca,
no le arranca un reproche ni un gemido.
Las tiernas avecillas, en el nido,
también se besan con ternura loca,
y todo cuanto el beso de amor toca
queda santificado y bendecido.
Mas, ¡ay!, que en el destierro de la vida,
donde crimen y dolo son azote,
no siempre con el ósculo va unida
la savia de bondad, de amor el brote.
¡Cuántos siguen las huellas del deicida!
¡Cuántos besan lo mismo que Iscariote!
Besa la madre al querubín dormido,
alma y vida vertiendo por su boca,
y aunque, ardiente, le estruja y le sofoca,
no le arranca un reproche ni un gemido.
Las tiernas avecillas, en el nido,
también se besan con ternura loca,
y todo cuanto el beso de amor toca
queda santificado y bendecido.
Mas, ¡ay!, que en el destierro de la vida,
donde crimen y dolo son azote,
no siempre con el ósculo va unida
la savia de bondad, de amor el brote.
¡Cuántos siguen las huellas del deicida!
¡Cuántos besan lo mismo que Iscariote!