24.08.2010, 19:30
Hielos
Han llegado los hielos a mi vida
y al hondo de mi ser la campanada
de la implacable y ronca carcajada
con la que dios rubrica mi partida.
¿Qué voz entonará la bienvenida
a ese lugar ignoto en la alborada
de mi postrer andar? ¿qué cruel celada
esconderá el turbión de mi caída?
Aunque el alma resiste, prisionera
del vórtice fatal que ya describe
el último eslabón de mi cadena
anhelo rebasar esa frontera
y escribir con mi pluma donde escribe
un convicto de muerte su condena.
Han llegado los hielos a mi vida
y al hondo de mi ser la campanada
de la implacable y ronca carcajada
con la que dios rubrica mi partida.
¿Qué voz entonará la bienvenida
a ese lugar ignoto en la alborada
de mi postrer andar? ¿qué cruel celada
esconderá el turbión de mi caída?
Aunque el alma resiste, prisionera
del vórtice fatal que ya describe
el último eslabón de mi cadena
anhelo rebasar esa frontera
y escribir con mi pluma donde escribe
un convicto de muerte su condena.