25.08.2010, 10:36
La perla
Contemplaban tus ojos centelleantes
la palma de cristal, la linfa pura
del surtidor que vierte en la espesura
su polvo de zafiros y diamantes;
cuando enferma, con pasos vacilantes,
se acercó una mujer toda tristura,
y te pidió limosna con dulzura,
fijando en ti miradas suplicantes.
La perla que en tu mano refulgía
diste a aquella mujer pobre y doliente,
que se alejó llorando de alegría.
Yo entonces, conmovido y reverente,
no te besé en tus labios cual solía
¡sino en la noble y luminosa frente!
Contemplaban tus ojos centelleantes
la palma de cristal, la linfa pura
del surtidor que vierte en la espesura
su polvo de zafiros y diamantes;
cuando enferma, con pasos vacilantes,
se acercó una mujer toda tristura,
y te pidió limosna con dulzura,
fijando en ti miradas suplicantes.
La perla que en tu mano refulgía
diste a aquella mujer pobre y doliente,
que se alejó llorando de alegría.
Yo entonces, conmovido y reverente,
no te besé en tus labios cual solía
¡sino en la noble y luminosa frente!