28.08.2010, 09:24
Manchón
Cuando viene a misar el padre cura
a la nave risueña y aliñada,
penetra con el sol una parvada
de palomas que anidan en la altura.
Desata el piano su oración alada,
y del gótico altar en la blancura
cándida, leve, inmaterial y pura
se levanta la Forma consagrada.
Canta entonces el Blanco sus cantares;
son blancos: alas, nave, luz, altares,
hostia, cura senil, incienso vago;
y en esa nitidez que al hielo enoja,
agresiva y vivaz, llameante, roja,
se destaca la veste del monago.
Cuando viene a misar el padre cura
a la nave risueña y aliñada,
penetra con el sol una parvada
de palomas que anidan en la altura.
Desata el piano su oración alada,
y del gótico altar en la blancura
cándida, leve, inmaterial y pura
se levanta la Forma consagrada.
Canta entonces el Blanco sus cantares;
son blancos: alas, nave, luz, altares,
hostia, cura senil, incienso vago;
y en esa nitidez que al hielo enoja,
agresiva y vivaz, llameante, roja,
se destaca la veste del monago.