19.09.2010, 10:03
Quesada y Alonso, R.
Spanien
El sacristán
Entre frailes y curas educado,
su escuela fue la oscura sacristía
y allí se saturó de hipocresía
para ser un muchacho aprovechado.
Sus estudios por fin ha terminado
y ya sabe cantar la letanía,
engañar a los fieles a porfía
y encender con la caña el alumbrado.
Transcurre así su vida dulcemente
pasando por un tonto, y es un pillo
de tales condiciones, que insolente
se va con el travieso monaguillo
a gastar en cigarros y aguardiente
los cuartos que ha sacado del cepillo.
Spanien
El sacristán
Entre frailes y curas educado,
su escuela fue la oscura sacristía
y allí se saturó de hipocresía
para ser un muchacho aprovechado.
Sus estudios por fin ha terminado
y ya sabe cantar la letanía,
engañar a los fieles a porfía
y encender con la caña el alumbrado.
Transcurre así su vida dulcemente
pasando por un tonto, y es un pillo
de tales condiciones, que insolente
se va con el travieso monaguillo
a gastar en cigarros y aguardiente
los cuartos que ha sacado del cepillo.